

La niña y su gallina
Vi una niña, la niña quería una gallina que yo tenía, yo estimaba la gallina, sin embargo, por compasión y amor a la niña yo me dispuse a venderle la gallina, la cual se la vendí en tres mil colones. La niña era extranjera, estaba viviendo sola en una casa, fue y trajo el dinero. Me entregó el dinero, venían cuatro mil colones, un billete de dos mil y dos billetes de mil. Como había un billete de más, por honestidad y porque estimaba a la niña, se lo devolví. Entonces me percaté que la moneda no eran colones sino otra moneda, tipo euros o dólares, que en lugar, cada mil colones valían un millón de colones. Pensé que aquel dinero me sería de utilidad y entonces le pregunté a la niña si estaba bien que me quedara con aquel dinero y que si tenía más pues pensaba que a ella no le faltara y me dijo que sí, entendí que en su casa tenía bastante, de todo caso el dinero no parecía importarle. Al despertar comprendí que el actuar sin egoísmo, con compasión, amor y honestidad seremos recompensados en lo material.